La conversación nos llevó del sexo al cine, del cine a la música, de la música a las cosas esenciales y bellas de la vida (o puede que el orden fuera el inverso, no lo recuerdo). Fue en esa conversación cuando me hablaron de Beirut y una pequeña perla llamada Elephant Gun. Sin duda uno de los grandes descubrimientos del año (la banda y quien me habló de ella).
Yo nunca he sido muy amigo de los videoclips, pero tengo que reconocer que llevo varias semanas enganchado. Cada vez que lo veo me quedo con la sonrisa en la boca, me despierto y me pongo a terminar esa tontería que lleva dos meses pendientes y me entran ganas de salir, hablar con todo el mundo, perder el foco, beber, dejar la noche pasar y esperar que el amanecer me encuentre haciendo el amor en el balcón.
Señores, señores, Elephant Gun. Disfruten, vivan y no se olviden de respirar.
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