31 de agosto de 2010

We drink to die, we drink tonight

Era una de esas noches mágicas de Agosto en Valladolid. De esas en las que las horas pasan en mangas de camisa sin que a nadie le importa que sea domingo o no (más crápulas son los que salen los lunes), sin que nadie sugiera que sería más prudente volverse a casa en lugar de pedir otra más. De esas noches en las que uno vive como si no hubiera mañana.

La conversación nos llevó del sexo al cine, del cine a la música, de la música a las cosas esenciales y bellas de la vida (o puede que el orden fuera el inverso, no lo recuerdo). Fue en esa conversación cuando me hablaron de Beirut y una pequeña perla llamada Elephant Gun. Sin duda uno de los grandes descubrimientos del año (la banda y quien me habló de ella).

Yo nunca he sido muy amigo de los videoclips, pero tengo que reconocer que llevo varias semanas enganchado. Cada vez que lo veo me quedo con la sonrisa en la boca, me despierto y me pongo a terminar esa tontería que lleva dos meses pendientes y me entran ganas de salir, hablar con todo el mundo, perder el foco, beber, dejar la noche pasar y esperar que el amanecer me encuentre haciendo el amor en el balcón.

Señores, señores, Elephant Gun. Disfruten, vivan y no se olviden de respirar.


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