22 de julio de 2014

Brevísima historia de (mi) tiempo


Dejaré de lado lo anecdótico. Nací cierto año en un país cualquiera. Viví aquí y allá. Estudié esto, trabajé en lo otro. Hice tal o cual cosa. Igual que miles de millones de seres humanos durante siglos y siglos.

Si tuviera que resumir mi vida en media página, centrarme en lo esencial, en lo que me diferencia del resto de la humanidad, en lo que quiero que la gente recuerde el día que me muera, diría que soy un hombre afortunado. El más afortunado del mundo.

Confío en mi mismo. Perdí batallas pero gané todas las guerras. Jamás me faltaron familia y amigos, los imprescindibles nunca me han fallado. Sé lo que es el amor, ese que quema y arrasa, y ese que trae sosiego y calma. He querido, no tengo ninguna duda de ello. Y he sido querido con certeza absoluta. He leído, he viajado, he escuchado y me han escuchado. Estoy vivo, cada día, cada minuto. La vida es una fiesta.

Ítaca no es un destino, es el camino. Lo leí cada mañana. Pero no, no es el haber sorteado a cíclopes y lestrigones, el haber disfrutado de cientos de mañanas estivales en puertos nunca vistos lo que me hace la persona más afortunada del mundo. Sino el poder darme la vuelta, respirar hondo y observar desde lo alto de la montaña el camino recorrido. Y ver no un camino, sino rostros amigos. Gente con la que compartí este viaje y que se siguen a mi lado a pesar de los miles de kilómetros que a veces hay entre nosotros. Gente que está siempre ahí cuando la necesito sin ni siquiera tener que pedirlo. Son ellos los que me hacen la persona más afortunada del mundo.

3 comentarios:

Unknown dijo...

Pues sí, eres un hombre afortunado. Pero eso no es lo que te diferencia del resto del mundo. Lo que te diferencia del resto del mundo es el hecho de que lo sabes.

César dijo...

Y gracias a esto también haces que los demás nos demos cuenta de lo que tenemos y a veces se nos olvida.

fffff dijo...

Es la esencia de ser afortunado, saber valorar lo que se tiene y lo que se ha tenido... Un abrazo bien grande.