30 de octubre de 2014

Not yet another telemetry packet



At a first glance one may think that it is like any other telemetry packet from a spacecraft. A collection of bytes received exactly the 14th of October of 2014 at 16:37:06.995 which tell us, among many other things, that the main computer of the satellite is active while the backup one is off. One packet more of the millions of packets from BepiColombo that we will receive in our control system in the next decade.

But this packet is special. Even if its content says that the spacecraft is in the expected condition. Even if it has never been into space. It was, in fact, a very modest and short trip from the Netherlands to Germany for the first packet ever received from the real BepiColombo satellite, which is been assembled and tested in ground. A packet which marks the beginning of an incredible and amazing long journey through the inner Solar System that will take us to Mercury, one of the most mysterious planets where (almost) nobody has been before.

22 de agosto de 2014

El satélite que susurraba a los humanos

Ya va siendo de hora de hacer algo cool en este blog, que no todo van a ser cursilerías e historias de amor de veinte líneas.

¿Y cuál es la cosa más friki en este momento? Obviamente, Rosetta, con todas esas fotos imposibles del cometa y esas órbitas triangulares que vuelven locos a los jugadores de KSP. Bien, vale, eso es difícil de superar. Pero pensemos un poco más, ¿cuál es la cosa más trendy de este mes, aquello de lo que todos los geeks hablan sin parar? No hay dudas, el premio es para YO, esa aplicación que sólo sirve para gritar YO (en español sería más bien un ¡EH!) y que ya ha conseguido más de un millón de usuario y 2.5 millones de dólares de financiación (nada mal para una aplicación programada en 8 horas que sólo sirve para decir YO).

Obviamente yo no podía permanecer ajeno a esta sinrazón y tras instalarme la app y empezar a repartir YOs a diestro y siniestro, una amiga bromeó (por Whatsapp, ya que con YOs no se pueden expresar ideas muy complejas) que sería divertido que Rosetta mandara YOs. Dicho y hecho.

Rosetta ya tiene cuenta: ROSETTAMISSION

Así que añadid ROSETTAMISSION a vuestra lista de YO y cada vez que pase algo interesante o se publique algo relevante en el blog de Rosetta, vuestro querido satélite os dará un toque de atención para que no os olvidéis de él.

A YOyear se ha dicho.

22 de julio de 2014

Brevísima historia de (mi) tiempo


Dejaré de lado lo anecdótico. Nací cierto año en un país cualquiera. Viví aquí y allá. Estudié esto, trabajé en lo otro. Hice tal o cual cosa. Igual que miles de millones de seres humanos durante siglos y siglos.

Si tuviera que resumir mi vida en media página, centrarme en lo esencial, en lo que me diferencia del resto de la humanidad, en lo que quiero que la gente recuerde el día que me muera, diría que soy un hombre afortunado. El más afortunado del mundo.

Confío en mi mismo. Perdí batallas pero gané todas las guerras. Jamás me faltaron familia y amigos, los imprescindibles nunca me han fallado. Sé lo que es el amor, ese que quema y arrasa, y ese que trae sosiego y calma. He querido, no tengo ninguna duda de ello. Y he sido querido con certeza absoluta. He leído, he viajado, he escuchado y me han escuchado. Estoy vivo, cada día, cada minuto. La vida es una fiesta.

Ítaca no es un destino, es el camino. Lo leí cada mañana. Pero no, no es el haber sorteado a cíclopes y lestrigones, el haber disfrutado de cientos de mañanas estivales en puertos nunca vistos lo que me hace la persona más afortunada del mundo. Sino el poder darme la vuelta, respirar hondo y observar desde lo alto de la montaña el camino recorrido. Y ver no un camino, sino rostros amigos. Gente con la que compartí este viaje y que se siguen a mi lado a pesar de los miles de kilómetros que a veces hay entre nosotros. Gente que está siempre ahí cuando la necesito sin ni siquiera tener que pedirlo. Son ellos los que me hacen la persona más afortunada del mundo.

11 de julio de 2014

Fe

Al principio no prestó demasiada atención. Aún así, buscaron, aturdidos por la emoción de la primera vez, el mando a distancia entre las sábanas durante un par de minutos para encontrarlo finalmente en el cajón del escritorio. Las televisiones de los hoteles acostumbran a tener vida propia.

Más sorprendido quedó cuando ella acepto su invitación para cenar en su casa y el portátil se encendió inexplicablemente tres veces aquella noche, siempre en los momentos más inoportunos. Seguro que fueron algunas de esas actualizaciones automáticas, menudo incordio pensó él.

Pero no fue hasta las cuarta o quinta cinta cuando empezó a preocuparse realmente. El microondas se puso en marcha solo y no hubo manera de apagarlo. Ella sonreía desnuda a su lado mientras él se afanaba en mover el armario para acceder al enchufe y poder desconectar el electrodoméstico maldito. ¿Era por eso que en su ático de 20 metros cuadrados no había más que una colchón en el suelo, una mesa y montones de libros? razonó por primera vez.

Si la cosa no hubiera ido a más tal vez podría haberlo ignorado. Al fin y al cabo todo el mundo tiene sus manías y peculiaridades. Ocurrió tras el que, incluso décadas después, definió como el polvo de su vida. El informe de los bomberos lo achacó todo a una cazuela olvidada en el fuego, omitiendo el hecho de que la vecina llevaba una semana de vacaciones. Todo quedó en un susto y no hubo que lamentar grandes daños.

Ese día, ante la necesidad de tener que aceptar lo inaceptable, de asumir que hay cosas a donde no llegaba su método científico, optó por la única alternativa razonable. Nunca volvió a ponerse en contacto con ella.

15 de abril de 2014

Pain

...She was in one of the buses that had just pulled in with a big sigh of airbrakes; it was discharging passengers for a rest stop. Her breasts stuck out straight and true; her little flanks looked delicious; her hair was long and lustrous black; and her eyes were great blue things with timidities inside. I wished I was on her bus. A pain stabbed my heart, as it did every time I saw a girl I loved who was going the opposite direction in this too-big world.
Jack Kerouac, On the Road

11 de marzo de 2014

Ecos



Retumban tus besos en mis labios
esos que jamás serán ya dados
se perdieron para siempre
en una fría mañana de Marzo

13 de febrero de 2014

Fortuna

No es que tuviera pánico a volar. Ni siquiera era miedo a la muerte, pues hacía muchos años que había asumido que en esta vida llega un momento en que uno se muere sin más. No, lo que realmente le angustiaba cada vez que se subía a un avión era la remota posibilidad de morir junto a un perfecto desconocido, de pasar los últimos instantes de su vida junto una vieja histérica o un americano obeso y sudoroso con olor a patatas fritas.

Por eso el día en que el motor derecho del Boeing 737 en el que viajaba explotó en plena fase crítica de despegue se sintió afortunado. Muy probablemente, Olga, la joven pelirroja violinista sentada en el asiento de al lado, no compartiera ese entusiasmo. Murieron abrazados.


7 de febrero de 2014

The mad ones

... because the only people for me are the mad ones, the ones who are mad to live, mad to talk, mad to be saved, desirous o everything at the same time, the ones who never yawn or say a commonplace thing, but burn, burn, burn like fabulous yellow roman candles.

Jack Kerouac, On the Road

3 de febrero de 2014

Eterno retorno

Desde joven se dejó seducir por los encantos del vino, aunque fuera peleón y hubiera que mezclarlo con la cola barata del supermercado.

Con los años su gusto por los tintos creció en paralelo a su capacidad adquisitiva. Del vino de la casa, al Ribera, del joven al reserva. Y a partir de su ascenso a Director de Ventas de una gran empresa nunca faltó un Vega Sicilia el día de su cumpleaños ni en las ocasiones especiales.

Siempre fue un hombre coherente. Por eso nadie se sorprendió que acabara sus días decantándose por el clarete de tasca compartido con los viejos amigos de la infancia y con una roja nariz de borrachín permanente.